“Se convirtió en una única casa cuando nuestros abuelos, allá por los años 50 la heredaron, restauraron e hicieron prácticamente nueva, al estilo de aquellos años. Hasta el año 2018 permaneció así. Siempre vivió el abuelo, muchos años solo; era su casa, pero tras su muerte quedó sin habitar, parada en el tiempo, con sus recuerdos intactos, sus baúles, sus papeles, su sillón… cantidad de objetos y recuerdos que hemos querido conservar y recuperar, aunque muchos de ellos no ha sido posible. Los nombres de las habitaciones se corresponden con topónimos de esta zona, de este pueblo; zonas de monte, campos de cultivo… (Arbozu, Zabalea, Kampanoste, Andarreka…) muchos de ellos significativos para nuestra familia. En enero de 2018 empezó a tomar forma la idea de rehabilitar la casa, La Casa de Nuestro Abuelo, y en agosto de 2018 comenzamos con las obras. Nada más inaugurar la casa tuvimos que lidiar con la llegada del Covid-19, pero en cuanto se pudo, volvimos a abrir las puertas y recibir huéspedes. Nuestros miedos, inquietudes y dudas han sido muchas pero ya está finalizada. Un sueño… una ilusión… algo que veíamos como imposible… Pero lo que queremos es que las personas que la habitáis, disfrutéis y podáis percibir el cariño e ilusión que hemos puesto en ella. Piedad, Alicia y Belén son las tres hermanas propietarias de la casa y, el vínculo tan grande que tenemos entre toda la familia, hace que tanto sus maridos como hijas/os colaboremos y formemos parte de ella”
Allá por la época del Covid-19, mi pareja y yo, decidimos hacer nuestra primera escapada y dimos con la Casa de Nuestro Abuelo. Decidimos apostar por un turismo rural y de nuestra zona, para seguir descubriendo los lugares con tanto encanto que existen a pocos kilómetros de nuestra casa. ¡Y que acierto!, tanto, que años más tarde hemos decidido volver para volver a disfrutar de esta maravillosa casa y seguir descubriendo la zona.
A la casa no le hace falta de nada, tiene unas zonas comunes preciosas, además con cocina, piscina e incluso habitaciones con propia cocina, vamos, para todos los gustos.
En cuanto a los planes por la zona, podría hacer una lista interminable, pero dejo aquí un listado de los imprescindibles:
Mil planes para todos los gustos y una casa que enamorará a todos.
Estoy segurá de que nosotros volveremos por tercera vez.
Muchas gracias a toda la familia de la Casa de Nuestro Abuelo por acogernos siempre como en casa.
P.D.: El mono negro que llevo es de AAIN, una marca que si no la conoces, estás tardando en conocerla.
¡Hasta el siguiente post!
Un trocito de Norden desde Bilbao,
Laura