Gracias a unas amigas que actualmente viven en Milán, tuve la suerte de disfrutar de la ciudad al más puro estilo italiano: pasear por sus calles llenas de moda con las marcas más exclusivas y lujosas del mundo, visitar el Duomo y la Galería de Vittorio Emmanuele, pasear por Navigli y disfrutar de su ambiente... y por supuesto, comer pasta, pizza, queso y helado en bucle, sin olvidarme de lo mejor, la compañía. Os dejo una pequeña guía con los imprescindibles para una visita de fin de semana o de un par de días y también algunos restaurantes y comida tipica que degustar.
Ya van 8 años desde la primera vez que pisé el salón de Miss Pupet. Fue mi ama quien lo descubrió recién inaugurado mientras paseaba por las calles de Bilbao. Algo le dijo que entrase a coger hora y desde entonces, es nuestra cita favorita. Si quieres saber más, quédate que te daré mil razones para que la siguiente en entrar seas tú si todavía no lo has hecho.
Mezi Plutky (traducción literal “entre las vallas”) es una casa de campo de ensueño que data del siglo XIX. Tiene como fondo las imponentes montañas Beskydy. Sin embargo, aunque se encuentre a muchos kilometros del mar, te hace sentir como si estuvieras cerca de él.
La casa no tiene más que cuatro habitaciones y es lo que le hace aún más especial. Pudimos disfrutar de su piscina natural llena de nenúfares y plantas, del césped recién cortado, de las montañas de alrededor y de su desayuno y cena tan increíbles. Todo era casero y km0. Frutas y verduras recién recogidas, pan hecho por ellos, y toda la comida cocinada allí mismo a fuego lento.
Quédate y te cuento un poco más sobre nuestro fin de semana en la República Checa más profunda.