Un lugar donde el silencio se escucha, donde el canto de los pájaros te envuelve y el verde de la naturaleza es protagonista. El sitio perfecto para desconectar y parar por un momento.
Hotel Nafarrola se sitúa en una zona de presunción arqueológica de Bermeo, Bizkaia. De hecho, es común encontrar menciones históricas del nombre del hotel, como cuando López Díaz de Haro mencionó “Nafarrola” en el año 1285.
Es un alojamiento sostenible en el que tu mayor preocupación es disfrutar de la gastronomía vasca km0 que disponen, relajarse y conectar con el presente. No falta detalle y la decoración hace uno con la naturaleza. Podrás disfrutar de su zona de estar donde los grandes ventanales parecen cuadros y no la realidad… Diría que no existe mejor combinación que cuando el azul del mar y el verde de la montaña se fusionan en un mismo lugar, y menos cuando hablamos de gastronomía. Y es que sus huéspedes tienen la suerte de degustar sus platos basados en la tierra y el mar de la zona.
Si todo lo que os he contado fuera poco, también disponen de diferentes experiencias para que la estancia sea aún más especial. Cuentan con una sesión de yoga privada, con servicio de picnic, talleres gastronómicos, masajes en pleno bosque, una visita guiada por la zona o incluso por el Guggenheim.
Es un alojamiento que nos ofrece a disfrutar de lo más importante: EL TIEMPO.
Eso que pasa sin darnos cuenta, pero que es tan irrecuperable.
Y yo, así hice. Según entre por la puerta disfruté de cada minuto, de cada bocado, de cada mirada al horizonte. Un placer que pronto repetiré, porque a veces es necesario desconectar para volver a conectar.
Antes de terminar, quisiera agradecer al Hotel Nafarrola por abrirnos las puertas. Que orgullo poder decir que hay un lugar así en mi casa, Bermeo.
Un trocito de Norden desde Lisboa,
Laura
P.d.: Los conjuntos de las imágenes son de Aain, moda deportiva que conjuga estilo, comodidad y sostenibilidad. La marca que reúne todo lo necesario para mi visita al Hotel Nafarrola y mucho más.
